lunes, 19 de febrero de 2018

Zapote blanco (Casimiroa edulis)



Fructificación del árbol de Zapote blanco de la parcela de Don Pedro Alvarado, en Juventino Rosas (2017). Esta imagen es por que a pesar que muchos árboles están alrededor presentan hojas, este en particular está cargado de frutos y sin hojas, estos  frutos se pueden observar muy cerca al inicio de la primavera sin presencia de hojas. Me recuerda el árbol de manzano que se nos mostraba en el libro de primaria en las épocas cuando estudie.


Figura 1. Árbol de zapote blanco en plena producción de frutos.

El zapote blanco es una de las mejores plantas para bajar la presión arterial, se ha demostrado que esta sustancia contiene varios compuestos químicos como la histamina y la hisina que tienen efectos hipotensores y producen una vaso dilatación periférica acompañada de un ligero efecto sedante en el sistema nervioso central lo que explica que disminuye la presión arterial, mejora la función cardíaca y la arritmia, permite a las arterias coronarias expandirse y mejora el flujo de sangre al corazón. En ausencia del fruto se colocan en un recipiente 20 hojas maduras en un litro de agua hirviendo, dejar hervir 5 minutos y dejar reposar 5 minutos, se puede tomar caliente o frío como agua de uso diario, tres o cuatro veces al día.


Don Pedro Alvarado es un buen hombre, productor rural del campo, siempre decidido, siempre complaciente con las visitas que realizan una estancia en su parcela. Se puede decir que es un sabio del campo, realiza su siembra manual, como todo productor del campo Guanajuatense, por las mañanas cuando se acerca el temporal, da inicio a la preparación de su terreno, prepara su animal para colocar el arado en un par de mulas y diariamente con una constancia como si fuera llamado a misa, prepara su terreno con mucha fe, él está seguro que después de la siembra, caerá la lluvia bendita, que permitirá la formación de sus granos, ya sea de maíz, frijol o sorgo. Pocas personas quedan como él, su amor a la tierra lo ha arraigado en su propia parcela, como él dice “Solo bajo por mis alimentos”, ahí lo espera su esposa, la Señora Jovita Hernández, una mujercita risueña, amable y atenta de Don Pedro, si como aquellas mujeres educadas bajo una tradición antigua, quien esmeradamente le prepara sus alimentos, le da sus viandas y nuevamente regresa a su tierra, orgulloso de seguir trabajando y cultivando su parcela. La vida pasa, los años uno tras otro, y ve como sus fuerzas se van acabando, pero el solo piensa en su parcela, en cultivarla como un agricultor celoso de su suelo y enamorado de su tierra. Eso falta en nuestra vida, amor por el campo, aquellos que aun sabiendo que poco van obtener de su cosecha, lo realizan con mucho amor, enseñando a las nuevas generaciones, que no importa la edad, no importa sus fuerzas, él sabe que un día ya no podrá, pero mientras pueda lo va seguir realizando con fe, esperando que otros puedan seguir su ejemplo, ese es Don Pedro Alvarado, el gran guía de muchas generaciones jóvenes, que lucha por fomentar el amor por la tierra. Él es mi amigo..... un gran amigo.....

Don Pedro Avarado, siempre amable con sus visitas, enseñando a unos turistas e preparar el suelo con la yunta.










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